22.6.14

Así estamos

Falta jugar las terceras fechas de la primer serie del FIFA 2014. Hay equipos que ya tendrán que probar en la que viene.
Más que nunca, esta competencia mundial está mostrando la influencia de las migraciones: jugadores africanos tratan de lucirse en los principales equipos europeos.
La atracción de los mercados más solventes se hace ver en la desvirtuación con la que se integraron la mayoría de los elencos. Ghana, Costa de Marfil, Colombia y Bosnia tienen un solo jugador de equipos nacionales. En el insólito caso uruguayo, ninguno. Estas selecciones emplean elementos que no representan a sus asociaciones de origen (o adopción, como en el extraño caso del ex Banfield y Boca Gabriel Paletta).
Argentina llevó a Brasil a veinte (20) de 23 que no pertenecen a entidades de la AFA. Brasil los esperaba respetando la misma proporción. Bélgica hizo otro tanto, sin alcanzar a Argelia, Croacia y Camerún, que disponen de sólo 2 de clubes de esos países.
Rusia ocupa el otro extremo: la totalidad de sus integrantes juega en su nación. Inglaterra le sigue con 22 (uno, en Escocia, lo que quita gravedad). Italia aportó 20 estrellas en esa condición. México, como americano, es el que está cerca de lo que debería ser: tiene a 15 que llenan planteles aztecas.
Alemania alistó a 16 cracks de equipos germanos.
Lo inentendible se da también por el lado de jugadores libres: hay dos, por lo menos. Uno de ellos, Faryd Mondragón que, con más de 40 años de edad, hoy no tiene contrato. Sin embargo, J. Pekerman lo hizo representativo de los clubes de la tierra shakiriana.



Quizá no sea difícil imaginar el futuro del fútbol (soccer). Todo dependerá de cuánto el mercantilismo despiadado y el exitismo puedan enfermarlo.