Arranca una nueva etapa del Mundial
FIFA 2014. Comienzan los octavos de Final con ocho equipos
americanos, 6 europeos y dos africanos.
Tomando en cuenta el orgen de los 32
elencos que iniciaron la disputa, los de América cumpleron en un
80%; los europeos en un 46% (se fueron Inglaterra, España, campeón
mundial 2010, e Italia, principalmente) y los africanos en el 40% de
sus pretensiones. Se despidieron los asiáticos y los oceánicos.
Para tristeza, cuatro sudamericanos
deberán eliminarse entre sí.
Si nos ponemos a inventariar alegrías
destacamos el rol de James Rodríguez, el de Lio Messi, el de Neymar y el sorpresón de Costa
Rica y de Grecia (habrá que agregar lo de Argelia y Suiza, que tuvo
pobre papel en los más recientes encuentros globales).
Claro que si nos ponemos a sumar la
trascendencia de los africanos, integrantes de selecciones como la
alemana, la belga, la francesa y la suiza, la significación lograda
en la actualidad por el fútbol de esas naciones (Nigeria, Ghana,
Costa de Marfil, Camerún) altera con legitimidad las cifras que
señalamos previamente.
Será pronto hora de destapes y se
discutirá cuánta razón pueden tener las asociaciones nacionales de
clubes en estar representadas por jugadores que les son extraños
(como el caso uruguayo, con los 23 que juegan afuera; o Argentina y
Brasil, con veinte figuras de equipos extraños), o, rotundamente,
integrando jugadores que no tienen contrato vigente.