Hay un ánimo general en el periodismo de desencanto por la calidad con la que se muestra el torneo de Primera de la AFA. De vez en cuando hay algún partido que llena el ojo. Hay tanta presión sobre todos los protagonistas que sería imposible pedir que la cosa mejore.
Dos grandes están al borde del colapso. Uno de los primeros juega a nada. Los referís no dejan de lucirse con los yerros. Las barras no cesan la violencia. El gobierno usa los espacios del fútbol con propaganda antisocial, con un fixture de enemigos acusables.
La selección, para colmo, sale a jugar como para que Brasil no la golee. Y el DT dijo que con los de acá no está para milagros.
Así quedó la cosa para este MDT. Ahora, Vélez puntero (como debe ser), acompañado de Boca (al que parece abandonarlo la necesaria fortuna de un campeón) y un potente Ñuls. En la tabla de la AFA el orden es distinto. Nosotros premiamos los desempeños como visitantes.
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