Fueron menos: 3, los partidos definidos por un solo gol. ¡Bien!
El angustiante existismo que asfixia el espectáculo del fútbol y la errónea ingeniería de ascensos y descensos y promedios históricos, más la mezcolanza de débiles y poderosos y la discutible estrategia arbitral agravan el andar de nuestro fútbol.
Aparentemente, habrá cambios positivos próximamente. Esperemos.
Quizá, los torneos deberían ser cerrados, diseñados regionalmente para poder equilibrar el potencial de los participantes y alentar a la promoción de los juveniles y la actuación de todas las provincias.
Tras la décima, el Clausura muestra Boca puntero, a distancia mínima de Vélez; más atrás, a la misma altura Ñuls y Unión, y, cerquita, Arsenal y Colón. O sea, tres santafesinos, dos porteños y un bonaerense.
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