28.6.14

Octavos

Arranca una nueva etapa del Mundial FIFA 2014. Comienzan los octavos de Final con ocho equipos americanos, 6 europeos y dos africanos.
Tomando en cuenta el orgen de los 32 elencos que iniciaron la disputa, los de América cumpleron en un 80%; los europeos en un 46% (se fueron Inglaterra, España, campeón mundial 2010, e Italia, principalmente) y los africanos en el 40% de sus pretensiones. Se despidieron los asiáticos y los oceánicos.
Para tristeza, cuatro sudamericanos deberán eliminarse entre sí.
Si nos ponemos a inventariar alegrías destacamos el rol de James Rodríguez, el de Lio Messi, el de Neymar y el sorpresón de Costa Rica y de Grecia (habrá que agregar lo de Argelia y Suiza, que tuvo pobre papel en los más recientes encuentros globales).


Claro que si nos ponemos a sumar la trascendencia de los africanos, integrantes de selecciones como la alemana, la belga, la francesa y la suiza, la significación lograda en la actualidad por el fútbol de esas naciones (Nigeria, Ghana, Costa de Marfil, Camerún) altera con legitimidad las cifras que señalamos previamente.

Será pronto hora de destapes y se discutirá cuánta razón pueden tener las asociaciones nacionales de clubes en estar representadas por jugadores que les son extraños (como el caso uruguayo, con los 23 que juegan afuera; o Argentina y Brasil, con veinte figuras de equipos extraños), o, rotundamente, integrando jugadores que no tienen contrato vigente.

22.6.14

Así estamos

Falta jugar las terceras fechas de la primer serie del FIFA 2014. Hay equipos que ya tendrán que probar en la que viene.
Más que nunca, esta competencia mundial está mostrando la influencia de las migraciones: jugadores africanos tratan de lucirse en los principales equipos europeos.
La atracción de los mercados más solventes se hace ver en la desvirtuación con la que se integraron la mayoría de los elencos. Ghana, Costa de Marfil, Colombia y Bosnia tienen un solo jugador de equipos nacionales. En el insólito caso uruguayo, ninguno. Estas selecciones emplean elementos que no representan a sus asociaciones de origen (o adopción, como en el extraño caso del ex Banfield y Boca Gabriel Paletta).
Argentina llevó a Brasil a veinte (20) de 23 que no pertenecen a entidades de la AFA. Brasil los esperaba respetando la misma proporción. Bélgica hizo otro tanto, sin alcanzar a Argelia, Croacia y Camerún, que disponen de sólo 2 de clubes de esos países.
Rusia ocupa el otro extremo: la totalidad de sus integrantes juega en su nación. Inglaterra le sigue con 22 (uno, en Escocia, lo que quita gravedad). Italia aportó 20 estrellas en esa condición. México, como americano, es el que está cerca de lo que debería ser: tiene a 15 que llenan planteles aztecas.
Alemania alistó a 16 cracks de equipos germanos.
Lo inentendible se da también por el lado de jugadores libres: hay dos, por lo menos. Uno de ellos, Faryd Mondragón que, con más de 40 años de edad, hoy no tiene contrato. Sin embargo, J. Pekerman lo hizo representativo de los clubes de la tierra shakiriana.



Quizá no sea difícil imaginar el futuro del fútbol (soccer). Todo dependerá de cuánto el mercantilismo despiadado y el exitismo puedan enfermarlo.


16.6.14

Controversias

El Gobierno gastó en cinco años más de $ 5.500 millones en el Fútbol Para Todos (FPT), aunque los economistas dicen que serían varios miles de millones más si se les aplicara el coeficiente inflacionario desde agosto de 2009, cuando el Estado nacional comenzó a pagar cifras exorbitantes para transmitir los partidos de la AFA.
En 2009 la AFA le cobraba $240 millones al año a TSC, la empresa de Torneos y el Grupo Clarín que transmitía los partidos, que a su vez solventaba esos gastos con lo que cobraba por publicidad y abonos de la TV paga. En agosto, la AFA rompió ese contrato y firmó otro con el Gobierno, a quien pasó a cobrarle $600 millones, que se fueron indexando, hasta llegar a $ 900 millones este año, aunque se elevaron a $ 1.447 millones incluyendo los exorbitantes gastos de producción audiovisual. Cuando Cristina Fernández de Kirchner anunció dicho acuerdo, dijo que el fútbol era “un negocio extraordinario que no necesita ser subsidiado” y que las ganancias del FPT iban a ser la mitad para la AFA y “el 50% a la promoción de nuestro deporte olímpico”. Pero nunca hubo ganancias y sólo hubo gastos. Al año siguiente de su lanzamiento, la Presidenta suspendió la publicidad privada y comenzaron a transmitirse sólo avisos del Gobierno. Todo comenzó a ser subsidado por el Estado, que incrementó notablemente sus gastos en el FPT: en 2009 fueron $ 325 millones -se pagó medio año-, en 2010 pasó a $ 693 millones, luego $ 753 millones, después $ 1.287 millones y en 2013 fueron $ 1.511 millones. En esos cuatro años y medio se gastaron $ 4.569 millones, en un programa que depende del Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien prometió cambios, que nunca concretó por las resistencias a dejar de usar al fútbol como un botín político, tal como ahora ocurre con el Mundial.
Anteayer el Gobierno amplió en $ 37 millones esos gastos, que están presupuestados en $ 1.447 millones para 2014, pero que se incrementarán, ya que se ejecutó el 55% de ese presupuesto en los primeros cinco meses del año. A partir de la denuncia de Graciela Ocaña, al fiscal Eduardo Taiano no le cierran esos números.
Habrá que ver si la Justicia puede desentrañar por qué aumentó tanto lo que paga el Gobierno, mientras las deudas de los clubes de primera división aumentaron un 48 % el año pasado, hasta llegar a $ 2.445 millones. Muchos sospechan que parte del dinero que el Gobierno le paga a la AFA se queda en el camino, entre productoras de contenidos y financieras donde los clubes deben cambiar sus cheques, vinculadas a funcionarios del Gobierno y a dirigentes de la AFA.
(De A. Alfie, Clarín)

Querido Julio,
el FPT no es un negocio, es un servicio de tu gobierno a todos aquellos que no tendrían forma de ver el Mundial al no poder pagar la TV privada, que debe ser por lo menos el 50 % de la población, solamente unos 20 millones de personas.
Ademas, ha quedado demostrado que Clarín permanentemente miente para crear un clima de desastre y desesperanza que deteriore la imagen del gobierno. Los números que muestran en cualquier tema que tratan nunca son ciertos.
J.W.

Destacamos el artículo de A. Alfie, de Clarín, en primer término. Después, una apreciación notoriamente opuesta, explicando el valor del propósito para facilitar el goce del fútbol a casi todos los compatriotas interesados.
Lo único que voy a señalar es que todo tipo de publicidad de gobiernos debería ser financiada a través de los partidos políticos. Ninguna autoridad política tiene derecho a usar el dinero de todos para hacerse propaganda. Eso le corresponde a la facción que logró los votos para acceder al poder. Y ya se sabe cómo reparten esos recursos fiscales según los criterios más oportunistas y provechosos.

14.6.14

La farsa FIFA

Como con cada Mundial FIFA, estamos de vuelta.
Queremos repetir que es vergonzoso que la Asociación de clubes del Fútbol Argentino esté representada por jugadores que, en su mayoría, no pertenecen a entidades de la AFA. De los 23 que fueron, 20 no lo son.
A Brasil le pasa lo mismo. Debe ser una realidad propia de los países que producen figuras apetecibles en el exterior.
Es falsa la representatividad del elenco argentino. Como también lo será el de Uruguay, Chile y los países africanos.


Es despreciable también que haya DDTT foráneos. Inglaterra, inventora del fútbol, llevó a Brasil a un italiano, que sucede a un sueco. Colombia, a un argentino (que ya dirigió a los nuestros); Camerún, lo mismo. Brasil, a Felipao, que condujo a Portugal a muy buen destino en una edición anterior.
Es hora, además, de modificar el sistema de arbitraje. Es violento confiar en una persona de imprevisible criterio la suerte de un equipo internacional. Lo que hizo el japonés con Croacia, lo demuestra. En el futuro, las situaciones críticas del juego deberán resolverse con recursos externos a la cancha y pasar a ser el referee su aplicador. Para eso sobran las herramientas digitales y mecánicas. (Claro que así se vuelve más difícil torcer lo correcto en cuanto a las decisiones del árbitro...)
Hasta pronto. ¡Que viva el espectáculo!